Los manglares de Tumbes se encuentran ubicados en la frontera con el Ecuador, en la provincia de Zarumilla, a 24 km al noreste de la ciudad de Tumbes. Se estableció como Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes en 1988 con el fin de proteger y conservar a los manglares y a la fauna que allí habita. Posee una extensión de 2 972 hectáreas, aunque antiguamente estos manglares abarcaron un área de 28 000 hectáreas, reduciéndose significativamente con el tiempo debido a la tala con el fin de establecer criaderos de langostinos. Es un área natural poco conocida que propicia la investigación científica. El santuario está constituido por bosques de mangle de cuatro especies: rojo, salado, blanco y botón, así como otras 40 variedades botánicas; vegetación xerofítica con pampas hipersalinas y bancos de arena. Los árboles de mangle y de otras especies crecen en aguas poco profundas de los mares tropicales y se han adaptado al agua salada. El escenario geográfico del santuario está fuertemente influenciado por el río Jubones, procedente del Ecuador, y por el río Zarumilla. Se observa la presencia de rocas formadas desde el período paleozoico hasta el cuaternario.Las rocas más antiguas de la zona son las cuarcitas, pizarras y filitas. Los suelos son profundos, de textura media, de drenaje imperfecto y en algunas partes con capa freática; su coloración varía entre el gris muy oscuro hasta llegar al negro.
Los Manglares son una Barrera natural
En cuanto a la fauna acuática existen 33 especies de caracoles, 34 de crustáceos, 24 de moluscos con concha y 105 de peces. También encontramos 200 tipos de aves, la mayoría únicas y en peligro de extinción como las diversas garzas o el ave fragata, mamíferos en situación de amenaza, como el perro conchero, la nutria del noroeste y el oso manglero, y reptiles como el cocodrilo de Tumbes, que fue muy perseguido por su piel. El clima del santuario es tropical, soleado gran parte del año con temperaturas anuales promedio entre los 22 °C y 27 °C con una humedad relativa de 72% a 86%, lluvias esporádicas entre diciembre y marzo, excepto cuando se produce el fenómeno del niño. El santuario ha adquirido gran importancia porque es la única muestra representativa de los bosques de manglares en el Perú y por ser una barrera natural contra la erosión que producen las olas y las mareas, además de proporcionar recursos para la alimentación de la población que son extraídos por los pescadores artesanales.
Los manglares de Tumbes es considerado uno de los Tesoros naturales del Perú.